LVH NOTICIAS | EL ATENEO LA VIEJA IMPRENTA ACOGERÁ EL MARTS 23 DE MAYO A LAS 19 HORAS LA PROYECCIÓN DE CINE «EL HOMBRE MOSCA».

El Ateneo La Vieja Imprenta acogerá el marts 23 de Mayo a las 19 horas la proyección de cine «El hombre mosca».



Ciclo: “El Lenguaje cinematográfico.

Sus orígenes”.

Día y hora: 23 de Mayo de 2017 a las 19 horas.

Lugar: Ateneo “La vieja Imprenta”.

C/ Cuesta de los caños, nº 8 – Hellín

Aportación 1 €

El hombre mosca

Título original: Safety Last!

Año: 1923

Duración: 77 min.

País: Estados Unidos

Director: Fred C. Newmeyer, Sam Taylor

Guion: Harold Lloyd, Sam Taylor

Música: Don Hulette

Fotografía: Walter Lundin (B&W)

Reparto: Harold Lloyd, Mildred Davis, Bill Strothers, Noah Young, Westcott B. Clarke, Mickey Daniels

Productora: Pathé

Género: Comedia

Sinopsis:  Un joven emigra a la ciudad en busca de un futuro mejor. Cada poco tiempo envía cartas a su novia en las que le habla de lo bien que le van las cosas, lo que no es cierto. Finalmente, hace un trato con un amigo para trepar un edificio, hecho que a él le dará fama y nombre en español a la película. El siglo XXI ha traído consigo multitud de nuevas formas publicitarias, beneficiándose obviamente de la tecnología disponible y los nuevos formatos. Internet abrió un mundo de posibilidades, y vídeos con lip dubs o flashmobs han reunido a multitud de gente sorprendida por lo que ven. Este fenómeno no es nuevo, y ya ‘El hombre mosca‘ muestra que las formas alternativas de publicidad pueden funcionar mejor que las tradicionales. Y hablamos de 1923, sin ‘Mad mens‘ que valgan. ‘El hombre mosca’ puede ser la primera película en mostrar una gran campaña de publicidad. Además, es la mejor película de Harold Lloyd, uno de los tres grandes de la comedia norteamericana de los años 20, junto a Chaplin y Buster Keaton, época en la que el cine mudo empezaba vislumbrar su decadencia. La obra maestra de Harold Lloyd. La escena del genial cómico escalando un edificio supone uno de los momentos más grandes del cine mudo, y su clímax -Harold colgado de las manillas del reloj- sigue siendo una de las escenas estelares de la historia del séptimo arte.