LVH NOTICIAS | EL TOLMO DE MINATEDA… DESCUBRIENDO NUESTRO PASADO.

El pasado día 18 de octubre se celebró la XII Jornada de Puertas Abiertas en el Parque Arqueológico del Tolmo de Minateda. A lo largo de la mañana se ofreccieron visitas guiadas, en las que el visitante pudo ver los resultados de las investigaciones que se vienen desarrollando en los últimos años y el estado de las obras del centro de interpretación.



Las visitas guiadas se realizaron tanto en el yacimiento arqueológico de El Tolmo de Minateda como en el cercano Abrigo Grande de Minateda, considerado como uno de los yacimientos clave del Arte Rupestre Levantino. Se organizaron como visitas independientes, por lo que se pudo elegir su orden, sin que fuera necesaria la inscripción previa.

La duración aproximada del recorrido en el Tolmo duraba en torno a las dos horas, y la de la visita al Abrigo Grande de 50 minutos. El horario de estas jornadas fue de 9 de la mañana a 3 de la tarde, por lo que el último grupo accedió al Tolmo hacia la una de la tarde y en el Abrigo Grande a las dos.

En esta edición los visitantes pudieron comprobar el estado de las obras del centro de interpretación del Parque Arqueológico. Se observó también el trabajo de restauración que se está realizando en el Abrigo Grande de Minateda. La parte central del lienzo está ya limpia y sus pinturas se muestran en todo su esplendor, contrastando con los lienzos laterales, cuya limpieza se acometerá en los próximos meses.

La campaña de excavaciones sistemáticas de 2009

El pasado 15 de junio comenzó la vigésimo primera campaña de excavaciones arqueológicas sistemáticas, que concluirá a mediados del próximo mes de noviembre. Un equipo de cinco técnicos y veinticinco peones trabajan para su recuperación como monumento y para su integración con el medio natural en el que se inscribe.

El yacimiento está ubicado en la pedanía de Minateda del término municipal de Hellín, a unos 12 kilómetros de la ciudad, , donde la carretera N-301 que une Madrid con Murcia cruza el arroyo de Tobarra. Es Bien de Interés Cultural (BIC) y uno de los Parques Arqueológicos de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.

En 1988 comenzaron los trabajos sistemáticos dentro del Proyecto de Investigación “Tolmo de Minateda” de la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. En él trabaja un equipo multidisciplinar del Museo de Albacete y la Universidad de Alicante, con la colaboración de profesionales de otros institutos y centros de investigación.

En esta campaña se ha retomado la excavación en la zona conocida como Reguerón. Se ha puesto al descubierto buena parte del lienzo exterior del baluarte defensivo visigodo y del muro romano construido en el año 9 antes de nuestra era, lo que le confiere una gran espectacularidad y avanza lo que será una vez que se hayan terminado los trabajos de excavación, consolidación y restauración en esta zona. Se ha terminado de delimitar un espectacular basurero de cuatro metro de potencia que apoya directamente en este muro.

Se han excavado también buena parte de los depósitos que las aguas de lluvia habían ido acumulando en la parte baja del Reguerón, arrastrados desde las laderas y la parte superior. Ha quedado al descubierto la última parte del derrumbe visigodo, documentado de forma parcial hace más de una década, así como nuevos enterramientos de cronología visigoda.

Durante estos meses se vienen llevando a cabo otros estudios que complementan las labores de campo y que contribuyen a completar el puzzle histórico de uno de los yacimientos más complejos de la arqueología peninsular.

Se ha completado el estudio de los restos hallados tras realizar los sondeos en las cimentaciones del futuro Centro de interpretación, lugar en el que se localizó una parte de un nuevo cementerio de época altomedieval. Esta nueva necrópolis, ubicada al sureste de la roca del Tolmo, fue utilizada entre los siglos VI, VII y VIII d. C. En ella se exhumaron más de una veintena de inhumaciones en el interior de seis tumbas de enterramiento múltiple o colectivo. Algunos de estos restos humanos han sido analizados mediante la técnica de datación del carbono 14 en uno de los laboratorios de referencia, el Beta Analitic Radiocarbon dating Laboratory de Miami. Los resultados, de gran interés desde el punto de vista histórico, arrojan una datación entre el año 580 y el 820 d. C., datos que confirman la cronología visigoda atribuida en el momento de su excavación.

Este nuevo conjunto es una pequeña parte de un cementerio que se extiende hacia el suroeste del sector excavado, y que confirma, junto con los ya documentados en la ladera norte, en las inmediaciones de la basílica o los documentados en esta campaña en el Reguerón, que la ciudad visigoda de Eio o Elo tenía una notable envergadura y una alta densidad de población.

Del mismo modo se han realizado análisis de Carbono 14 de otro de los hallazgos más espectaculares documentados en las últimas campañas: una estancia de grandes dimensiones en la zona del Reguerón, que debe interpretarse como una especie de almacén de grano. En su interior apareció un completo ajuar cerámico, jarras, ollas, en perfecto estado de conservación, junto a varios molinos de mano completos, y el singular hallazgo de miles de semillas de cereal carbonizado que en origen debió estar almacenado en recipientes de esparto, puesto que se han conservado un buen número de fibras de esparto trenzado y quemado. Las muestras de semillas analizadas por el mismo laboratorio mediante la determinación del C14 arrojan una cronología entre los años 670 y 880 d. C.

Otra de las vías de investigación en las que el Equipo Tolmo de Minateda está implicado en estos momentos es el estudio de la actividad sísmica del yacimiento. Se ha iniciado la colaboración en un proyecto coordinado por el Instituto Geológico y Minero de España que intenta documentar la incidencia de los terremotos en sitios históricos a través de los restos arqueológicos. Para ello se comparan los datos recogidos en los yacimientos arqueológicos (fracturas, desprendimientos, etc) con los documentados en fallas y otros accidentes geológicos. Es muy probable que los resultados de este estudio, en este momento en la fase de recogida de datos, puedan explicar algunas incógnitas que todavía restan por resolver sobre la historia del Tolmo en los próximos meses.

En otro orden de cosas, los trabajos se han ocupado en estos meses en adecuar y poner en valor el yacimiento, labores necesarias ante la inminente creación del Parque Arqueológico. Se ha procedido a desmontar una de las antiguas terreras, que ocupaba buena parte del Reguerón, para mejorar el acceso, la vista y el desagüe. Toda esta actividad debe hacerse a mano, ya que resulta imposible el acceso de maquinaria. Con ello el yacimiento ha ganado en limpieza, visibilidad y seguridad.

El Tolmo de Minateda: una ciudad en el camino

El Tolmo fue habitado entre el 1500 a. C. y el 1000 d. C. aproximadamente, por lo que el visitante encontrará vestigios de distintas culturas, desde la Edad del Bronce hasta época islámica, pasando por restos romanos y visigodos. Hasta el momento han sido exhumadas diversas estructuras en distintos puntos del yacimiento.

En la zona conocida como el Reguerón, que constituye el único acceso fácil a la zona alta del cerro, encontramos un conjunto de fortalezas que responden a momentos y a técnicas constructivas muy diversas. La más antigua es una muralla de mampostería ataludada por su cara exterior que fue utilizada en época ibérica aunque en su interior se engloban construcciones más antiguas. Hacia fines del siglo I a. C. este muro se forró con otro de sillería almohadillada. Esta reforma está datada por una inscripción monumental en el año 9 a. C. y parece conmemorar la concesión a la ciudad del estatuto municipal, con el nombre de Ilunum. Siglos después, hacia el VI d. C., la muralla romana fue utilizada como cantera para aportar materiales a un gran baluarte que avanza unos metros sobre la línea defensiva anterior y establece un pasillo de entrada delante de la puerta para facilitar el hostigamiento de los atacantes, todo ello muy posiblemente en relación con las disputas territoriales entre visigodos y bizantinos a lo largo del citado siglo.

La superficie del cerro se encuentra llena de vestigios tallados en la roca, entre los que destacan las partes rupestres de ingenios para prensar uva o aceituna. Hoy puede verse una de estas almazaras ya excavada, comprobando cómo el proceso de fabricación del aceite era en la antigüedad bastante similar a como lo ha sido hasta hace no muchos años. Esta almazara ha sido parcialmente restituida para una mejor comprensión por parte del visitante.

Uno de los principales descubrimientos de las últimas campañas de excavación es un conjunto edilicio correspondiente al horizonte visigodo, y que caracteriza a una ciudad que durante el s. VI d. C. se localiza en el límite fronterizo entre dos reinos en continuas disputas territoriales. Está formado por una basílica y un edificio de gran envergadura, que ratifica la importancia religiosa del primero, caracterizado por su planta en cruz y por el baptisterio con la piscina bautismal. El segundo edificio debe tratarse del palacio episcopal, con lo que se corroboraría la importancia de la ciudad como sede episcopal durante la presencia bizantina en la Península, cuya capital, Carthago Spartaria, identificamos con la actual ciudad de Cartagena.

Tras la llegada de gentes procedentes del norte de Africa en el 711, la ciudad se integra dentro del conocido Pacto de Teodomiro, conservando unas prerrogativas entre las que se incluía la continuidad del culto visigodo. No obstante, el conjunto religioso pierde su razón de ser, siendo progresivamente desmontado y reutilizado para la creación de un barrio islámico de carácter industrial, tal y como lo demuestran las estructuras conservadas: casas, almacenes y un horno cerámico. Entramos, así, en el último periodo crono-cultural del Tolmo caracterizado por la presencia de espacios habitacionales delimitados por calles, patios semiprivados y plazas, siguiendo una urbanística típica del mundo islámico. Esta nueva arquitectura se caracteriza por la existencia de viviendas humildes, generalmente de una sola estancia, en cuya construcción se aprovechan materiales pertenecientes a edificios anteriores, tales como el edificio episcopal o la basílica.

Tras la creación del Califato de Córdoba, independiente del de Bagdad, la zona del Sureste en la que se ubica la ciudad del Tolmo, sufre una reorganización de su territorio con la fundación de nuevos enclaves como Madinat Mursiya, actual Murcia, y la desaparición de otros, como es el caso de la Madinat Iyyih, o Tolmo de Minateda, que sufre un abandono progresivo perdiendo su carácter de ciudad hasta quedar relegado a un mero paso entre la vía que comunicaba Cartagena con Toledo.

Por otra parte, los esfuerzos del actual equipo investigador se centran también en la restauración de las Casas Cueva de época contemporánea localizadas en los farallones norte y este del Tolmo, pudiendo el visitante adentrarse en los modos de vida de las gentes que las habitaron hasta los años sesenta del pasado siglo.

Con todo, la puesta en valor del yacimiento lleva consigo un ambicioso plan de restauración de las estructuras exhumadas, labor de igual importancia a la excavación propiamente dicha, y que facilita al visitante la comprensión de una ciudad con una longeva ocupación histórica en la provincia de Albacete.

El futuro Parque Arqueológico Tolmo de Minateda

El Parque Arqueológico del Tolmo de Minateda nace con una vocación de articular los elementos culturales y medioambientales de su entorno. Por ello, en este proyecto museográfico se contempla no sólo la exposición, musealización y explicación de los vestigios arqueológicos, sino también de todos aquellos aspectos medioambientales que en el Tolmo o desde el propio yacimiento son susceptibles de explicación y admiración.

El Parque Arqueológico incluye las pinturas rupestres de Minateda, declaradas Patrimonio de la Humanidad; permite la visión de la ubicación de los hitos medioambientales y geológicos más importantes de su entorno y facilita, mediante la inclusión de paneles y otros recursos didácticos, la comprensión de la flora, la fauna y la geología del entorno.

El núcleo del Parque lo constituye, no obstante, el yacimiento arqueológico de El Tolmo de Minateda, uno de los principales establecimientos antiguos en el Sureste peninsular, que muestra una larga ocupación, entre la Edad del Bronce y los inicios de la Islamización, aunque si incluimos las pinturas rupestres, al otro lado del valle, su ámbito cronológico alcanza el quinto milenio antes de Cristo, abarcando por tanto un periodo histórico de casi ocho mil años.

La Red de Parques Arqueológicos de Castilla La-Mancha

Un Parque Arqueológico es un espacio físico en el que confluyen, al menos, dos elementos: una zona arqueológica de gran importancia histórica y fuerte impacto visual que a su vez facilita la comprensión del conjunto.

La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ha seleccionado cinco yacimientos, uno por provincia, para convertirlos en Parques Arqueológicos que garanticen tanto la conservación del Patrimonio Histórico como el desarrollo cultural, social y económico de las comarcas en las que se inscriben. Son los de Segóbriga en Cuenca, Carranque, en Toledo, Alarcos en Ciudad Real, Recópolis en Zorita de los Canes (Guadalajara) y El Tolmo de Minateda en Hellín, Albacete. Este conjunto se ha convertido, sin duda en la red de parques arqueológicos más importantes de toda la Península Ibérica.

Estos parques arqueológicos no deben contemplarse únicamente desde la perspectiva de los monumentos que muestran, que por sus características y valor artístico ejercen por sí mismos de atracción turística, sino también como una forma de acercarnos a los modos y maneras, a la vida cotidiana y rural de las antiguas civilizaciones. Se ha pretendido que cada parque arqueológico sea una lección didáctica de Historia, con centros de interpretación y exposición de piezas recuperadas, modernas instalaciones, proyecciones audiovisuales, recreaciones en tres dimensiones fácilmente accesibles para todos los visitantes. Los cinco parques arqueológicos se encuentran, asimismo, ubicados en parajes naturales castellano-manchegos de gran valor ecológico.

El Parque Arqueológico de El Tolmo de Minateda formará parte, tras su puesta en funcionamiento, de esa Red, una marca que pretende sobre todo ofrecer una imagen de credibilidad y calidad en la gestión y en los servicios ofrecidos al público visitante, comunes a todos los Parques. En la Red se pretende, además, desarrollar un modelo de gestión integral que abarque de forma coordinada los dos principales servicios que se deben asegurar para el futuro de estos Parques: la investigación y el uso público.

El centro de interpretación

La puesta en marcha del Parque Arqueológico supone un reto científico y sobre todo económico. Una fuerte apuesta de la Consejería de Cultura que no escatimará recursos en la creación y señalización de accesos, obras de urbanización, acometidas de agua, luz y teléfono, musealización del yacimiento y construcción del centro de interpretación.

Quizá el elemento más espectacular de todas las infraestructuras previstas sea el centro de interpretación, compuesto por dos edificios, y que será el lugar que acoja a los visitantes y el eje desde el que partirán las distintas actividades e itinerarios previstos. El edificio de mayor envergadura tiene prevista una amplia zona de exposición, una sala de audiovisuales, un aula de didáctica, así como una zona de descanso y servicios, con una pequeña cafetería y una tienda. El otro edificio, necesario para las labores de gestión y de investigación del Parque tendrá varias salas de trabajo, despachos, un laboratorio y una zona de almacén.

En cuanto a la exposición prevista, seguirá el modelo clásico de centro de interpretación, no será un museo en el que se expongan piezas arqueológicas, sino un recorrido expositivo diacrónico, en el que el visitante podrá acercarse de forma adecuada a los restos arqueológicos que visitará con posterioridad. Se trata de un discurso complicado, puesto que hay que explicar un Parque Arqueológico como el del Tolmo de Minateda, caracterizado por su gran complejidad estratigráfica y su larga secuencia de ocupación, a la vez que singularizado por su carácter binuclear, puesto que interpreta y muestra dos Bienes de Interés Cultural indisolubles pero físicamente separados: el abrigo y las pinturas neolíticas de Minateda, declaradas Patrimonio de la Humanidad, y el conjunto del Tolmo de Minateda, habitado desde la Edad del Bronce a la Época Contemporánea.

El hilo conductor de dicho discurso gira entorno a un motivo principal, un “leitmotiv” argumental, que preside y conduce la exposición: “Una ciudad en el camino. Un camino en la historia”. Se trata de una metáfora explícita que alude a la vez a la singularidad geopolítica del emplazamiento –su dominio del valle y su relación sostenida y determinante con el camino secular entre la Meseta y el mar—, de un lado, y su sucesivo devenir histórico, materializado en su ocupación reiterada desde la Prehistoria remota, de otro.

Las obras de construcción del Centro de Interpretación comenzaron hace unos meses y continúan a buen ritmo. En estos días se está concluyendo la edificación de la estructura, al tiempo que han comenzado los trabajos de impermeabilización de la misma y el cierre exterior de ambos edificios.